domingo, 28 de octubre de 2007

Sobre el uso de materiales

Estas son algunas fotos de la obra de Rafael Iglesia, un arquitecto rosarino que trabaja divina e inteligentemente los materiales, la madera sobre todo....
De arriba hacia abajo: quincha, quincho, pabellones en Parque Independencia, casa de la barranca, esclera.






viernes, 26 de octubre de 2007

Boca de urna

- Y si mi voto es decisivo y cambio la historia del país justo yo?
- Tu voto no es decisivo ni vas a cambiar la historia justo vos.
- Uh... menos mal.

Conclusión: La culpa masiva se llama democracia.

jueves, 25 de octubre de 2007

Vestite y Andate!

La investigación de los científicos John Dittami, del departamento de zoología, y Gerhard Klösch y Josef Zeithofer, de la clínica médica y neurológica de la universidad austríaca, fue hecha con parejas heterosexuales de entre 21 y 31 años no casadas, que aceptaron participar de la investigación.
De acuerdo con los científicos austríacos, las mujeres duermen de forma diferente a los hombres porque tienen un reloj biológico que funciona de una manera distinta al del hombre. Cuando ellos duermen con una mujer en su misma cama experimentan una mejoría tanto objetiva como subjetiva en la calidad del sueño, si se compara lo que sucede cuando van hacia los brazos de Orfeo en absoluta soledad.
Pero a ellas no les pasa lo mismo. Duermen mucho peor cuando están acompañadas y, tal vez, sea en parte (dicen los expertos) porque la mujer es muy sensible a los movimientos de pareja durante la noche, y eso condiciona su posibilidad de entregarse al descanso profundo. La idea es que dicha sensibilidad, a su vez, está vinculada a la relación mujer-hijo.
El hombre, por su parte, asimila la presencia de su compañera a la de la seguridad de dormir en grupo, que procede de costumbres ancestrales, aún presentes en nuestro psiquismo, por lo que descansa mejor si está acompañado.

martes, 23 de octubre de 2007

Contra la indiferencia de los azares del destino

Liberadas de la rienda de la política y de las coacciones locales, la rápida globalización y la creciente economía extraterritorial producen brechas cada vez más grandes entre los ingresos de los sectores más ricos y los más pobres de la población mundial, y dentro de cada sociedad. Además, hay porciones cada vez más grandes de la población que no sólo se ven arrojadas a una vida de pobreza, miseria y destitución, sino que por añadidura se encuentran expulsadas de lo que ha sido socialmente reconocido como un trabajo útil y económicamente racional, convirtiéndose así en prescindibles en lo social y en lo económico.
Según el informe más recientes del proyecto de desarrollo de las Naciones Unidas (tal como apareció en Le monde el 10 de septiembre de 1998), mientras que el consumo global de bienes y servicios fue en 1997 el doble que en 1975 y se multiplicó seis veces desde 1950, hay mil millones de personas “que no pueden satisfacer siquiera sus necesidades elementales”. Entre los 4.500 millones de habitantes de los países (en vías de desarrollo), 3 de cada 5 no tienen acceso a infraestructuras básicas: un tercio no tiene acceso al agua potable, un cuarto no tiene viviendas que merezcan ese nombre, un quinto carece de servicios sanitarios y médicos. Uno de cada 5 niños tiene menos de 5 años de instrucción de cualquier tipo, y una proporción similar padece desnutrición parecido. En 70 u 80 de los cien países (en desarrollo) el ingreso medio per cápita de la población es actualmente inferior al de hace 10 años e incluso 30 años atrás: 120 millones de personas viven con menos de un dólar por día.
Al mismo tiempo, en los Estados Unidos, que es por lejos el país más rico del mundo y la patria de la gente más rica del mundo, el 16,5 por cien de la población vive en la pobreza; un quinto de los adultos no sabe leer ni escribir, en tanto el 13 por ciento tiene una expectativa de vida inferior a los 60 años.
Por otra parte, los hombres más ricos del globo tiene un patrimonio privado mayor que la suma de los productos nacionales de los 40 y 80 países más pobres; la fortuna de las 15 personas más ricas excede el total de producto de toda África Subsahariana. Según el informe, menos del 4% de la riqueza de las 225 personas más ricas bastaría para brindar a los pobres del mundo acceso a cuidados sanitarios y educativas elementales, así como una nutrición adecuada.
Los efectos de esta preocupante tendencia contemporánea han sido ampliamente examinados y debatidos, aunque, por razones que ya deberían entenderse perfectamente, se han tomado muy pocas medidas destinadas a contrarrestarlos, salvo algunas ad hoc, poco definidas y fragmentarias, y no se ha hecho nada por detener la tendencia. Esta reiterada historia de preocupación e inacción ha sido contada y vuelta a contar muchas veces, sin ningún beneficio visible hasta el momento. No tengo la intención de repetir la historia una vez más, sino más bien de cuestionar el encuadre cognitivo y el conjunto de valores con los que la ha evaluado; un encuadre y un conjunto que impiden la plena comprensión de la gravedad de la situación y, por lo tanto, tampoco permiten la búsqueda de alternativas factibles.
El encuadre cognitivo en que suele situarse todo debate sobre la creciente pobreza es puramente económico (en sentido de “economía” primordialmente como la suma de transacciones mediadas por el dinero): el encuadre de la distribución de la riqueza y los ingresos y de acceso a un empleo remunerado. Ocasionalmente, suele expresarse además cierta preocupación por la seguridad del orden social, aunque casi nunca —y con razón— en voz alta, ya que algunas mentes agudas podrían ver en la terrible situación de los pobres contemporáneos una amenaza tangible de rebelión. Ni el encuadre cognitivo ni la escala de valores son erróneos en sí mismo. Más precisamente, no son erróneos en lo que denotan, sino en lo que glosan en silencio y ocultan a la vista.
Uno de los hechos suprimidos es el rol que desempeñan nuevos pobres en la reproducción y la vigorización en la clase de orden global que es la causa misma de su indigencia y del “miedo ambiente” que vuelve desdichadas las vidas de todos los demás; otro es el grado en el que la auto perpetuación del orden global depende de esa indigencia y de ese miedo en el ambiente. Karl Marx en la época de emergencia del capitalismo salvaje, todavía no domesticado, todavía demasiado iletrado, como para descifrar los mensajes escritos en los muros, dijo que los trabajadores no pueden liberarse sin liberar al resto de la sociedad. Podría decirse ahora, en la época del capitalismo triunfante, que ya no presta atención a los mensajes escritos en los muros (ni a los muros mismos) que el resto de la sociedad humana no puede liberarse del su “miedo ambiente” ni de su impotencia si su parte más pobre no es liberada de sus penurias. Sacar a los pobres de su pobreza no es tan sólo un asunto de caridad, conciencia y deber ético, sino una condición indispensable (aunque meramente preliminar) para reconstruir una República de ciudadanos libres a partir de la tierra baldía del mercado global.
Para decirlo brevemente: la presencia de un gran ejército de pobres y la publicidad dada a su escandalosa situación son un factor de contrapeso de gran importancia para el orden existente. Cuanto mayores sean la indigencia y la deshumanización de los pobres del mundo y de los de la calle de al lado, y cuanta más se las muestre, tanto mejor desempeñarán en un drama que ello son escribieron y en el que no se postularon como actores.
En otras épocas, la gente era inducida a soportaron docilidad su destino mediante imágenes, vívidamente pintadas, del infierno, siempre presto a tragarse a cualquier culpable de rebeldía. Como todas las cosas sobrenaturales y eternas, el inframundo dedicado a conseguir un efecto similar ha sido traído a la tierra, firmemente situado de los confines de la vida terrenal y presentado de manera de permitir un consumo instantánea. Los pobres son EL OTRO de los asustados consumidores... el Otro que, por una vez, es verdadera y plenamente el infierno. En un aspecto vital, los pobres son aquellos que el resto querría ser (aunque no se atreven): seres libres de la incertidumbre. Pero la incertidumbre que les toca viene bajo la forma de enfermedades, crímenes y calles infectadas por la droga (eso si les toca vivir en Washington DC), o de una lenta muerte por desnutrición (si viven en Sudán). La lección que aprendemos de los pobres es uqe la certidumbre debe ser más temida que la destetada incertidumbre, y que el castigo por rebelarse al sufrimiento provocado por al incertidumbre cotidiana es inmediato y despiadado.
La imagen de los porbes mantiene a raya a los no pobres y, de ese modo, perpetúa su vida deincertidumbre. Los insta a tolerar con resignación esa incesante “flexibilización” del mundo. La visión de los pobres encarcela la imaginación de los no pobres y les ata las manos. No se atreven a imaginar un mundo diferente; tiene buen cuidado de no hacer ningún intento de cambiar el que existe. Mientras esta situación se mantenga hay poquísimas —por no decir ninguna— posibilidad de que exista y una sociedad autónoma, auto constituida, de la república y de los ciudadanos.
Esta es una buena razón para que la economía política de la incertidumbre incluya, en calidad de ingrediente indispensable, el “problema de los pobres”, considerándolo alternativamente como tema de la ley y el orden o como objeto de preocupación humanitaria... pero solamente en una de esas dos representaciones. Cuando se emplea la primera representación, la condenación popular de los pobres —como depravados más que como carenciados— se asemeja tanto como es posible a quemar la efigie del miedo popular. Cuando se usa la segunda representación, la ira contra la crueldad y contra la indiferencia de los azares del destino puede canalizarse a través de inocuos carnavales de caridad, y la vergüenza que produce la pasividad se evapora en breves explosiones de solidaridad humana.
Día a día, sin embargo, los pobres del mundo y del país hacen su silenciosos trabajo, socavando la confianza y la resolución de todos aquellos que tiene empleo y un ingreso regular. El vínculo entre la pobreza de los pobres y la rendición de los no pobres no tiene nada de irracional. El hecho de ver a los indigente y destituidos es, para todos los ses coherentes y sensibles, un oportuno recordatorio de que incluso la vida más próspera es insegura y de que el éxito de hoy no impide la caída de mañana. Existe una sensación, bien fundada, de que el mundo está cada vez más superpoblados; de que la única opción que tiene los gobierno de los países es, en el mejor de los casos, la de optar entre una pobreza generalizada con alo nivel de desempleo —como ocurre en la mayoría de los países europeos— y una pobreza generalizada con un poco menos de desempleo, como en los Estados Unidos. Las investigaciones académica confirman esa sensación: cada vez hay menos trabajo pago. Y esta vez, el desempleo parece más siniestro que nunca. No parece producto de una “depresión económica” cíclica, una temporaria condensación de la miseria que será disipada por el siguiente boom económica.
Tal como argumentaba Jean Poul Marèchal, durante la época de “intensa industrialización” la necesidad de construir una enorme infraestructura industrial y de conseguir grandes maquinarias justificó la creación regular de más empleos de los que desaparecerían como consecuencia de la aniquilación de las artes y oficios tradicionales; pero evidentemente ya no ocurre lo mismo. Hasta la década de 1970, todavía seguía existiendo una relación positiva entre el aumento de la productividad y las dimensiones del empleo; desde entonces, la relación se hace más negativa cada año. Por lo que parece, se cruzó un importante umbral en el transcurso de los años 70 y se dejó atrás una continua línea de desarrollo que persistió durante por lo menos un siglo. Según investigaciones comparadas realizadas por Olivier Marchans, 15 en Francia el volumen de trabajo disponible en 1991 era tan sólo el 57 por ciento del que se ofrecía en 1891: 34.100 millones de horas en lugar de 60.000 millones. Durante ese período, el PBI se multiplicó por 10 y la productividad horaria se multiplicó por 18, mientras que el número total de personas empleadas creció, en 100 años, de 19 millones de personas a alrededor de 22 millones. Se han registrado tendencias semejantes en todos los países que iniciaron el proceso de industrialización en el siglo XIX. Las cifras justifican que hay razones para sentirse inseguro incluso en el empleo más estable y regular.
La reducción del volumen de empleo no es, sin embargo, la única razón de inseguridad. Los empleos que aún pueden conseguirse ya no están resguardados contra los impredecibles azares del futuro; podríamos decir que el trabajo es, en la actualidad, un ensayo diario para la prescindibilidad. La “economía política de la inseguridad” se ocupó de que las defensas ortodoxas fueran desmanteladas y de que alas tropas que las mantenía fueran desbandadas. El trabajo se ha vuelto “flexible”, algo que, dicho con claridad, significa que ahora los empleadores pueden despedir a los empleados a voluntad y sin compasión, y que la acción solidaria —y eficaz— de los sindicatos en defensa de los despedidos es cada vez más una fantasía. “Flexibilidad” también significa la negación de la seguridad: casi todos los trabajos disponibles son de tiempo parcial o por un tiempo fijo, casi todos los contratos son “renovables” con suficiente frecuencia como para impedir que cobre fuerza el derecho a una relativa estabilidad. “Flexibilidad” también significa que la antigua estrategia vital de invertir tiempo y esfuerzo para lograr capacitación especializada, con la esperanza de lograr una remuneración constante, tiene cada vez menos sentido; por lo tanto, ha desaparecido la opción que antes era más racional para las personas que anhelaban una vida segura.
La subsistencia —esa roca en la que deben descansar todos los proyectos y todas las aspiraciones vitales para ser factibles, para tener sentido y para justificar la energía que requiere su creación ( o, al menos, el intento de concretarlos)— se ha vuelto frágil, errática y poco confiable. LO que los partidarios de los programas de “bienestar para trabajar” no toman en cuenta es que la función de la subsistencia no es tan sólo proporcionar un medio de manutención día a día para empleados, y dependientes, sino algo de igual importancia: ofrecer una seguridad existencia sin la que no se puede conseguir la libertad ni la autoafirmarción y que es el punto de partida de toda autonomía. En su forma actual, ekl trabajo no puede ofrecer esa seguridad aun cuando consiga cubrir los costos de seguir con vida. El camino del bienestar para trabajar conduce de la seguridad a ala inseguridad, o de menos inseguridad a una inseguridad mayor. Ese camino que incita a la mayor cantidad de gente a seguirlo, hace un eco adecuado a los principios de la economía política de la inseguridad.
Repitámoslo una vez más: la inestabilidad endémica de la vida abrumadora mayoría de hombres y mujeres contemporáneos es la causa última de la actual crisis de la república... y, por lo tanto, de la desaparición y el agostamiento de la “sociedad buena” como propósito y motivo de la acción colectiva en general y d la resistencia contra la progresiva erosión del espacio privado-público, el único del que pueden surgir y florecer la solidaridad humana y el reconocimiento de las causas comunes. La inseguridad engendra más inseguridad; la inseguridad se auto perpetúa. Tiende a atar un nudo gordiano imposible de desatar, que sólo puede ser cortado.
El problema es encontrar el lugar donde el cuchillo de la acción política pueda aplicarse con mayor efecto. Tal vez haya que concebir un coraje y una imaginación que iguales a los de Alejandro Magno.

En busca de la política, Zygmunt Bauman. Fondo de Cultura Económica. México. 2002.

lunes, 22 de octubre de 2007

Nadie se atreva!

Y para que no se ponga celosa, vió?

Leí que los mamíferos regulan sus organismos mutuamente.
Entre madre e hijo la conexión es única.

Las mamás de los chimpancés instintivamente ponen la cabeza de la cría con la cabeza hacia el lado del corazón y los seres humanos hacemos lo mismo, seamos diestros o zurdos, como un acto reflejo, es por eso que los bebés a veces solo se calman en brazos de la madre.
Y es por eso que nos cuenta tanto la pérdida de esos seres que queremos mucho.
Pasan los años... y esta tremenda grandulona (e inmadura) a veces solo se calma con la madre, sigo teniendo esos ataques de mamitis, y se me pasa todo cuando estoy con mammmmá!
Creo que es lo que más miedo me da de pensar en la maternidad es pensar en el peso de la responsabilidad de ser ese "todo necesario" para otra persona.....
A esta altura, a demás de ser mi mamífero regulador preferido, es mi amiga, mi confidente, mi seguridad, mi consuelo y creo que intenta (inútilmente) marcar un límite (y se termina riendo cuando no le doy bola)... es mi compañera de camino, es lo más importante....
Puedo decir las barbaridades de ella, pero que nadie se atreva a criticarla porque puede salir la bestia desde lo mas profundo de mi ser a defenderla con uñas y dientes!
Definitivamente, es la persona que más me conoce....
pd: el resto de los mamíferos reguladores son mis hermanas, otros mamíferos reguladores que amo! aunque se des ubiquen y crezcan sin parar!

jueves, 18 de octubre de 2007

Mientras tanto.... aqui en Buenos Aires....

Este fin de semana me uni a la propuesta de la ONG "Un techo para mi pais".
600 voluntarios estuvimos construyendo 60 casillas de madera en Maquinista Savio, para familias que no tienen techo.

Muchas críticas constructivas (literal y no literalmente hablando) puedo hacer al respecto, y tengo la certeza de que el programa va de lo particular a lo general, ciertamente al revés de como deberia ser:
  • INFRAESTRUCTURA (provision de instalaciones y servicios: gas, cloaca, agua, electricidad)
  • PARCELAMIENTO (divisiones y loteo de terrenos)
  • EDIFICACION (construccion de casas)
Pero está claro que sin la participación del Estado esto es ciertamente imposible y se alteran estas lógicas constructivas, entonces, lo primero que se hace es comenzar por las casillas de carácter temporario, que se fundan de una manera inestable sobre terrenos fiscales (una cosa lleva a la otra, porque no se puede invertir en otra estructura para un terreno que no tiene dueño)
la familia que va a recibir el techo, tiene que pagar un 10% del valor de la casa (deben ser unos $300) y tienen que ayudar con la construcción. En nuestro caso, al jefe de familia habia que pararlo!

Para mi el resultado es una casilla de madera de carácter "temporario", constructivamente criticable por todos lados, pero la familia VE algo diferente.
Walter y Paola, una pareja correntina de 22 años con 3 hijos: Alejandro de 4 años que vive en Corrientes con la abuela hasta que se termine esta casa, "La Boli" de 2 años, y Valentina de 2 meses.
Para ellos, el resultado es "un palacio" de carácter definitivo, que permite que se una el grupo familiar y que Alejandro conozca a su hermana mas chica.

Es concretamente "su casa" algo que pensaron que no iban a tener nunca despues de vivir 6 años en la calle...

Entonces todo cobra otro sentido y las criticas no desaparecen, pero se desvanecen.
Ellos tienen su casa y yo tengo los ojos de "la boli" que me mira fijamente mientras gatea en el piso de su casa nueva y termina de convencerme de que es mejor "hacer algo" aunque no sea perfecto y no quedarse sentado esperando.¨

viernes, 12 de octubre de 2007

y de pronto...

me acuerdo de esto... me encanta Oliverio, porque siempre me desconcierta, pasa el tiempo, lo releo, y me sigue haciendo reir!
y sí: "soy fuerte como un roble, pero me ando muriendo a cada rato"!




  • 8
    Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.
    En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.
    Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.
    ¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso!
    ¡Imposible saber cuál es la verdadera!
    Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
    ¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?
    El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia... de un egoísmo... de una falta de tacto...
    Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.
    Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.

Caos musical... y músicos del caralho!


Fui a ver (escuchar) a Hermeto Pascoal. y su grupinho.
Muitu recomendavel!
Hay gente que tiene una limadura especial! y uno les puede festejar y perdonar cualquier cosa!
7 musicos que sonaban como 28.... siempre dejan con ganas de más... (o la insaciabilidad del placer)

jueves, 11 de octubre de 2007

Quién quisiera?





Quién quisiera ser como mi abuela?
Y gastarse (a los ochenta y pico) unos morlacos en Malta?... suponte....

Yo.... quisiera!

lunes, 8 de octubre de 2007

Amancio Williams

Amancio es un referente de la Arquitectura Moderna Argentina, sin lugar a dudas.
Fue innovador en cuanto a forma, técnica y materiales. Dejo estas lindas fotinis de sus bóvedas de finisimo espesor, que generan esa tensión de lo que la razón no llega a entender a simple vista: cómo carajo se sostiene... me encanta!
y cómo han amortizado el plagio de esta idea! Meu Deus!



Las bóvedas cáscara de sección mínima (1951-52) aquí utilizadas, son una de las varias estructuras para techos altos proyectados por Amancio Williams. Se trató en principio de una finísima cáscara de hormigón armado (shell) de 5 cm. de espesor que, en virtud de su forma, es capaz de soportar cargas extraordinarias y de mantenerse en equilibrio por sí misma. Esta bóveda, de planta cuadrada, ofrece muy poca resistencia al viento, y desagua por su centro a través de la columna hueca. La resistencia a pesos verticales y vientos probó ser muy alta, con un mínimo uso de material, y la dilatación es absorbida por la elasticidad de la forma. Varios procesos han sido estudiados para la construcción de estas cáscaras; uno de ellos consiste en hacerlas con encofrados estandarizados a nivel del suelo alrededor de la columna, y luego elevarlas por un sistema de gatos hidráulicos hasta su lugar en lo alto de las columnas, construídas en el lugar, y ajustadas a ellas por medio de un capitel de acero inoxidable que funciona como encofrado permanente cuando el hormigón es llenado dentro de él.
Estas cáscaras brindan nuevas posibilidades arquitectónicas: con el propósito de cubrir grandes superficies como un sobre-techo, cada cáscara que es en sí una unidad auto soportada, puede ser combinada junto a otras para formar un gran cubrimiento elevado.


Y la casa del Puente en Mar del Plata... que sufrió el descuido social y gubernamental y como si fuera poco el vandalismo hacia las artes (no sólo el gordo Francis Ford es victima.... cómo no va a tener back up!).


Me alegra que se empiece con la recuparación y cuelgo estas otras fotinis, como un antes y un después... y con la esperanza de verla restaurada!



viernes, 5 de octubre de 2007

la ciudad, el insomnio, el cambio climatico y yo

Con qué otros insomnes podré compartir los granizos de madrugada?
para algunos parece que nunca sucedieron....
sólo los insomnes nos percatamos del tercer granizo de madrugada en los últimos 3 meses!?
Creo que tendré que usar estos hielos para tomar algo fuerte que ayude a dormir!
De paso cañazo... la semana que viene inaugura ZeroCarbonCity, una muestra que tiene por objeto el concientizar y estimular el debate en relación al cambio climático.

Recovas

Me gustan las recovas... y más cuando llueve.


¿Hacia dónde, amor?

1
No todos los trenes van hacia Tokio: sólo los que tomo yo. Siempre que entro en un tren, y me siento, y me convierto en pasajero por unos minutos (a veces por unas horas) sueño que voy hacia Tokio, que me llevan a la gran metrópoli, al cenáculo del dinero y del rímel y de las grandes pantallas de televisión. Luego, el tren, sus puertas, se abren a la decepción, una decepción provinciana, con poco dinero, ojeras y televisioncitas.
Pero cuando las puertas de este vagón se abren y salgo, resulta que estoy en Tokio. A veces los sueños se cumplen y entonces uno no sabe qué mover. A veces los sueños se cumplen y una chica te espera en Harajaku, una chica con el nombre más bonito del mundo: Ai.
2
Es pequeña, apenas alza del suelo las dos letras de su nombre.
Ai significa: amor. Ya he dicho que es pequeña.
La conocí entre otras japonesas, cientos de japonesas, miles de japonesas, todas apiñadas y sonrientes y monocromas. Ai era el destellito de luz, el punto sobre la i de la palabra nipón. Sin senos ni trasero tumefacto, todo su cuerpo era un facistol para su rostro, un andamio para que la cabeza quedara a metro y medio del piso. Su cara daba por fin sentido a la palabra 8.005 del diccionario: exótico. Exótico ya no era lo que estaba lejos; era lo que tenía más cerca, lo que querías tener próximo.
Ai parecía tan japonesa, tan acrisolada de su propia nacionalidad, tan jugo exprimido de una bandera, que a su lado sus compatriotas tenían algo de inmigrantes, de extranjeros, de turistas en otra piel.
Llevarse a Ai de paseo era como llevarse a todo un país en el bolsillo. Ella era Japón: detrás de sus ojos rasgados se rasgaba el resto de los ojos nipones, su boca daba fin al tubo infinito de bocas y gargantas y pulmones que hace un idioma; su piel era la última mano de pintura dada a una raza.
Ai: japonesita.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Exportar Servicios

Construir a bajo costo con planos online!
En general el resultado es bastante jodido, pero el concepto es muy interesante para desarrollar!
La mayoria de los ejemplos que vi son "adaptaciones" de la misma obra, al estilo Casa Pulte.... mmm
No es un aporte significativo a la arquitectura, pero un negocion si pensamos en poder cruzar las fronteras y vender el proyecto en euros por ej...

lunes, 1 de octubre de 2007