Niemeyer sigue yendo cada día a su oficina frente a la playa de Copacabana, en Río de Janeiro.
Entre sus proyectos de futuro se encuentra el diseño de una nueva capital para Angola.
No sería la primera vez que Niemeyer asume un reto de este tipo.
Cuando Brasil construyó su nueva capital, Brasilia, a finales de la década de los 50, a Niemeyer se le encargó el diseño de los edificios más relevantes, como el palacio presidencial y el congreso, además de la catedral de la ciudad.
Las curvas y plasticidad caracterizan la obra de Niemeyer. El arquitecto brasileño reconoce que su trabajo no gusta a todo el mundo, pero afirma que lo que siempre buscó fue impactar.
Comunista de toda la vida, a lo largo de sus 100 años ha vivido todo tipo de situaciones e incluso se vio obligado a exiliarse durante el gobierno militar de Brasil.
Niemeyer afirma que Fidel Castro le mantiene abastecido de puros y cuando se le pregunta su opinión sobre el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no le sobran los cumplidos.
Casado por segunda vez el pasado año, Niemeyer tiene una familia numerosa que le ayuda a disfrutar sus 100 cumpleaños.
Pese a todo afirma, sin que sea una sopresa, que piensa ir a la oficina como todos los días.
Entre sus proyectos de futuro se encuentra el diseño de una nueva capital para Angola.
No sería la primera vez que Niemeyer asume un reto de este tipo.
Cuando Brasil construyó su nueva capital, Brasilia, a finales de la década de los 50, a Niemeyer se le encargó el diseño de los edificios más relevantes, como el palacio presidencial y el congreso, además de la catedral de la ciudad.
Las curvas y plasticidad caracterizan la obra de Niemeyer. El arquitecto brasileño reconoce que su trabajo no gusta a todo el mundo, pero afirma que lo que siempre buscó fue impactar.
Comunista de toda la vida, a lo largo de sus 100 años ha vivido todo tipo de situaciones e incluso se vio obligado a exiliarse durante el gobierno militar de Brasil.
Niemeyer afirma que Fidel Castro le mantiene abastecido de puros y cuando se le pregunta su opinión sobre el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no le sobran los cumplidos.
Casado por segunda vez el pasado año, Niemeyer tiene una familia numerosa que le ayuda a disfrutar sus 100 cumpleaños.
Pese a todo afirma, sin que sea una sopresa, que piensa ir a la oficina como todos los días.
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