lunes, 10 de diciembre de 2007

finito e infinito

Este es el sentido histórico y antropológico del mito de Prometeo: lo finito y lo infinito del mundo está en realidad en nosotros. De aquí a poco, mediante el desarrollo de las tecnologías del hidrógeno y la fusión nuclear… el hombre podrá imitar a la naturaleza, como decía Aristóteles. Es decir, a partir de moléculas de hidrógeno (de agua misma) sintetizaremos todo lo demás: desde el oxígeno para respirar, hasta los compuestos orgánicos más complejos (carne etc.). No será necesaria ni la agricultura ni la ganadería.Sólo entonces la naturaleza podrá dejar de ser explotada —cosa que ni siquiera los amerindios pudieron hacer— porque esta posibilidad está hacia delante del desarrollo tecnológico.En este sentido, el progreso no sólo no es un mito sino que es nuestro destino desde las cuevas.

«El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable persiste en adaptar el mundo a sí mismo. Por tanto, todo el progreso depende del hombre irrazonable.»
Bernard Shaw

Lo que no sé es si eso es una llamada a la prudencia o a la audacia.

La imagen corresponde a un proyecto de 202 collaborative: un paisaje islandés con estanques de algas que producen hidrógeno que se almacena en grandes globos sobre ellos.
(más información en El Tamiz)

1 comentario:

Marina dijo...

Finito?
Faaaaaaasooooooooooooooooooooooooooooo